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Tesis doctoral Lucía Gregorio


Todavía no hace dos meses que Lucía Gregorio presentó su tesis doctoral y ya tiene billete para Montreal. Su trabajo sobre uno de los canales iónicos que modula el dolor, TRPV1 no sólo la ha convertido en doctora, sino que con la experiencia y méritos que ha adquirido ha conseguido un contrato postdoctoral en el laboratorio del investigador John W. Hanrahan para centrarse en el estudio de otro canal iónico, el canal cuya función está reducida o ausente en los pacientes con fibrosis quística, en Instituto Universitario de Investigación Sanitaria McGill en Montreal. No sólo le deseamos suerte y muchos éxitos en su carrera investigadora, que los tendrá, sino que algún día pueda volver a nuestro país como lo que es: una brillante científica.

Lucía Gregorio doctora

Además de dejarnos compartir la exposición de su tesis doctoral, Lucía también ha redactado el siguiente resumen de su trabajo:

TRPV1 structure-function study: role of the TRP domain un TRPV1 allosteric gating

(Estudio estructural y funcional de TRPV1: papel del dominio TRP en el mecanismo alostérico de apertura de TRPV1)

Actualmente el dolor es una de las patologías más comunes con una prevalencia aproximada de 20%  en todo el mundo, lo cual, además de un grave problema sanitario constituye un tremendo coste para la economía global. A pesar del impacto de esta enfermedad, no existe todavía un tratamiento efectivo para combatirla, principalmente debido al desconocimiento de los procesos moleculares y celulares de la fisiología de este proceso.

El objetivo principal de esta tesis doctoral es elucidar algunos de estos mecanismos para poder desarrollar tratamientos más eficaces contra este trastorno. Para ello, hemos centrado nuestra investigación en la proteína TRPV1 (de sus siglas en inglés Transient Receptor Potential Vanilloid 1), un canal iónico expresado en neuronas del sistema nervioso periférico y que forma parte de las primeras etapas en la percepción del dolor en nuestro organismo. Esta proteína forma un canal en la membrana que, tras ser activada, genera una corriente de calcio hacia el interior celular desencadenando otros procesos posteriores encargados de transmitir la señal de dolor al cerebro. Es activada por varios estímulos nocivos como altas temperaturas (por encima de los 42ºC), pH ácido (por debajo de 6) y por algunos compuestos químicos como la capsaicina, el componente picante de los pimientos chili. El hecho de conocer el funcionamiento de esta proteína a nivel molecular es esencial para diseñar compuestos que actúen modulando su actividad y, consecuentemente, regular la transmisión de la señal de dolor. En este trabajo se han realizado varias mutaciones en el carboxilo terminal del canal, el cual posee una secuencia de aminoácidos altamente conservada también en otros canales de la familia TRP. Ello indica la importancia funcional de esta región de la proteína.

Estudios previos realizados en nuestro laboratorio determinaron el papel que juega esta región en la estructura y el correcto acoplamiento de todos los dominios de la proteína. Con la caracterización funcional de las mutaciones estudiadas en el presente trabajo fuimos capaces de acotar la importancia de esta región concretamente a aminoácidos como W697, D704 o T707. La sustitución de estos residuos aminoacídicos en la proteína por otros de características similares alteró drásticamente la funcionalidad del canal, haciéndolo totalmente insensible a algunos de sus activadores. Estos resultados revelan nuevos puntos de la proteína contra los que poder diseñar fármacos potenciales para tratar el dolor.

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7 febrero 2014